Vivo un tiempo de pensamiento
Un tiempo de mucha memoria
Recordando y trayendo todos los recuerdos
Allá, más allá está ella.
Pasan las horas, vienen las olas,
Viajan las gaviotas, atraviesan las nubes.
El sol nace, el sol muere
Aparece la Luna y desaparece la Luna.
Un día lunes, y un día martes,
Otro día viene, otro día va.
Llega el inicio y el final del sábado.
También del domingo.
Pasan los meses, y el recuerdo solo en los sueños
Solo en los pensamientos
Solo en sin las acciones
El temor de decirlo.
Pero vive y vive más intenso
Un amor totalmente imposible
Totalmente no de proceso
¡Que pena!, muerte lenta.
Muerte lenta a los pensamientos
A las acciones
Al disimulo
Al decir, al pensar.
El corazón no acciona,
El corazón no disimula
El corazón no dice
Solo lleva la sangre a su final.
Muere ya
Cae la sombra
Desaparece el Sol
Y mi amor renace.
El corazón no traiciona
Envía su dolor a la mente
La mente siempre piensa
El pensamiento es tácito.
Es el fin, no más nada,
No más nada, el mar espera
El bote azul zarpa, el marino rema
Y todo es fin.
Roberto Jiménez, junio 2008