domingo, 30 de mayo de 2010

DAR ES AMAR....


Sólo cuando estás bien contigo puedes estar bien con los demás.
Solo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación.
Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar, y aceptarte para aceptar, ya que nadie da lo que no tiene dentro de sí.
Ninguna relación te dará la paz que tu no crees en tu interior.
Ninguna relación te brindará felicidad que tu no construyas.
Solo podrás ser feliz con otra persona cuando seas capaz de decirle:
No te necesito para ser feliz.
Solo podrás amar siendo independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer.
Solo se podrá ser feliz cuando dos personas felices se unen para compartir su felicidad, no para hacerse felices la una a la otra.
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, necesitas autoestima y la práctica de una libertad responsable.
Pretender que otras personas nos hagan felices y llenen todas nuestras expectativas es una fantasía narcisista que solo trae frustraciones.
Por eso, ámate mucho, madura, y el día que puedas decirle al otro
"Sin ti me la paso bien.", ese día estarás más preparado para vivir en pareja.

DAR ES AMAR

sábado, 22 de mayo de 2010

Un hombre religioso ...

Un hombre religioso no busca a Dios. El hombre religioso se interesa en la transformación de la sociedad, que es él mismo. El hombre religioso no es aquel que practica innumerables rituales, que sigue tradiciones, que vive en una cultura pasada, muerta, explicando perpetuamente el Gita o la Biblia, cantando sin cesar o practicando sannyasa; ése no es un hombre religioso, es alguien que escapa de los hechos.
El hombre religioso se interesa total y completamente en la comprensión de la sociedad, que es él mismo. No está separado de la sociedad.
Generar en sí mismo una mutación completa implica para él la terminación total de la codicia, de la envidia, de la ambición; debido a eso, no depende de las circunstancias, aunque sea el resultado de la circunstancia ‑la comida que come, los libros que lee, los cines a los que va, los dogmas religiosos, las creencias, los rituales y todo eso-.
Es responsable. Por lo tanto, el hombre religioso debe comprenderse a sí mismo, ya que es el producto de la sociedad que él mismo ha creado. En consecuencia, para encontrar la realidad debe comenzar aquí, no en un templo, no en una imagen, ya sea una imagen labrada por la mano o por la mente. De lo contrario, ¿cómo puede dar con algo nuevo, un estado nuevo?

miércoles, 12 de mayo de 2010

EL DIFICIL ARTE DE ESTAR SOLO ...


EL DIFÍCIL ARTE DE ESTAR SOLO
Buscar novia debería ser un pasatiempo divertido y no una obsesión enfermiza. En mi caso, por lo menos, detrás de este impenitente ejercicio de exploración mundana y selección natural no hay ni un gramo de intranquilidad, desesperación, despecho o angustia.
Si digo que ‘busco novia’ es porque a menudo me provoca conocer a una chica que –como una pieza de madera– calce exacta en el espacio pendiente de mi rompecabezas personal.
Pero tampoco me hago problemas. Si llega, genial. Si no, también. La soledad, lejos de intimidarme o asustarme, me resulta confortable. Demasiado confortable, diría. Aunque a mucha gente le extrañe, hay cosas que me gusta hacer preferiblemente solo: ir al cine, hacer compras en el supermercado, visitar una librería, comprar ropa. Hay días en el trabajo, incluso, en que almuerzo solo (provisto, eso sí, de un suplemento deportivo). También me gusta, de vez en cuando, sentarme en la barra de un bar o en la mesa de un cafetín y saber que puedo otear el mundo desde el espumoso y melancólico horizonte de mi vaso de cerveza.
Alguien podría jalonearme las orejas con razón y preguntarme “si tanto te gusta estar solo, qué diablos haces buscando novia”. Y yo podría defenderme diciendo que una cosa lleva a la otra, porque me parece que únicamente las personas que saben estar solas pueden advertir y valorar después la dimensión de una buena compañía.
A veces creo que esta actitud medio retraída –y que podría parecer una grave propensión hacia el autismo– está relacionada con mis aficiones predilectas (leer y escribir son, finalmente, actos solitarios por definición). Sin embargo, tengo una justificación antropológica más razonable y que se reduce al inapelable hecho fáctico de que al mundo venimos SOLOS y del mundo nos vamos SOLOS. Los nacimientos de mellizos, trillizos, cuatrillizos son siempre una novelería, una rareza digna de las portadas de los diarios (y de las carpas de los circos). Lo normal, lo que se espera, lo típico es que uno nazca solo. Igual pasa con la muerte. Uno se marcha a solas. ¿O acaso alguno de ustedes ha visto entierros en parejas o ataúdes con doble compartimiento? Lo lógico, otra vez, es que la gente se despida individualmente.
Por eso me irritan un poco las personas que no saben estar solas. Esos hombres y mujeres que creen que la soledad es sinónimo de acabamiento, derrota o exclusión. Personas que buscan por todos los medios emparejarse, y terminan enganchándose con alguien a quien no aman, pero que representa eso que tanto persiguen. Sin darse cuenta, acaban enamorados de una figuración, de un espejismo: no de la persona, sino de lo que la persona temporalmente encarna.

Me apenan las personas que no se soportan a sí mismas, que no se toleran, que se asfixian en el silencio de sus habitaciones, y que no se interpelan delante del espejo por miedo a descubrir vaya uno a saber qué incómodas verdades. Esas personas, con tal de combatir su paranoia de quedarse solos, son capaces de estar con quien pueden y no con quien quieren, ignorando que así extienden su tragedia.
Esa actitud responde a una típica mentalidad empapelada de frases como “voy a darme una oportunidad con él”, “no lo amo, pero lo necesito” o “sé que con el tiempo puedo enamorarme de ti”. Desconfíen cuando escuchen esas gentiles proclamas, porque detrás de ellas suele haber gente cobarde, medrosa y timorata que hipoteca su libertad y se abraza a una relación en la que no cree.
Tengo un amigo que sostiene que uno se empareja porque, inconscientemente, busca un testigo, alguien que pueda dar crédito a tus vivencias y sea quien las corrobore ante los demás. Una especia de fact checker sentimental. Tiene sentido. En todo caso, creo que todos se merecen vivir una larga temporada sin pareja. Pasarla solos un rato, sin más interlocutores que uno mismo.
De hecho, yo no busco novia para que me ‘rescate de mi soledad’. Al contrario, la busco para que venga a compartirla conmigo.

Anónimo

viernes, 7 de mayo de 2010

UNA SOLEDAD EXENTA DE MIEDO

EL LIBRO DE LA VIDA
Krishnamurti

From: "Pino" sunyata@adinet.com.uy

QUINTA ENTREGA



Cuando la mente es capaz de desprenderse de todas las influencias e interferencias, y estar por completo sola, únicamente entonces hay creatividad.
La técnica se está desarrollando más y más en todo el mundo: la técnica de como influir sobre la gente por medio de la propaganda, de la compulsión, de la imitación [...]. Hay innumerables libros escritos acerca de cómo hacer una cosa, cómo pensar eficientemente, cómo construir una casa, cómo armar una maquinaria; así, gradualmente, estamos perdiendo iniciativa, iniciativa para desarrollar algo original por nosotros mismos. En nuestra educación, en nuestra relación con el gobierno, a través de diversos medios, ejercen influencia sobre nosotros para que nos amoldemos, para que imitemos. Y cuando permitimos que alguien influya en nosotros persuadiéndonos a adoptar una actitud determinada o a emprender cierta acción, nos resistimos naturalmente a otras influencias. En ese proceso mismo de resistirnos a la influencia de otro, ¿no sucumbimos a ella de un modo negativo?
¿No debería la mente hallarse siempre en estado de rebelión como para comprender las influencias que están haciendo siempre impacto sobre uno, interfiriendo, controlando, moldeando? ¿No es uno de los factores de la mente mediocre el hecho de que siempre tenga miedo y que, al hallarse en un estado de contusión, desee orden, coherencia, quiera una forma, un molde que la guíe y la controle? No obstante, estas formas, estas diversas influencias crean contradicciones y confusión en el individuo [...]. Cualquier opción entre influencias sigue siendo, por cierto, un estado de mediocridad.
... ¿No debe la mente tener la capacidad de profundizar en los hechos ‑no imitar, no ser moldeada- y estar libre de temor? ¿No debería una mente así permanecer sola y, por lo tanto, en un estado de creatividad? Esa creatividad no es «de uno», no es suya ni mía; es anónima.

miércoles, 5 de mayo de 2010

LA INOCENCIA LIBERA EL DOLOR DE LA MENTE...


El dolor del aislamiento...

Uno de los factores del dolor es el extraordinario aislamiento del ser humano. Uno puede tener compañeros, puede tener dioses, poseer muchísimos conocimientos, ser extraordinariamente activo en lo social, contar interminables chismes sobre política; no obstante, este aislamiento sigue ahí. Por consiguiente, uno busca encontrarle un significado a la vida, y le inventa un significado, un sentido. Pero el aislamiento aún sigue ahí. Entonces, ¿puede usted mirar el aislamiento sin comparar, verlo simplemente como es, sin tratar de escapar de él, sin intentar disimularlo? Entonces verá que el aislamiento se convierte en algo por completo diferente.
Nosotros no estamos internamente solos. Somos el resultado de un millar de influencias, un millar de condicionamientos, de herencias psicológicas, propaganda, cultura. No estamos solos; por lo tanto, somos seres de segunda mano. Cuando uno está internamente solo, totalmente solo, cuando no pertenece a ninguna familia aunque pueda tener una familia, cuando no pertenece a ninguna nación, a ninguna cultura, a ningún compromiso en particular, existe el sentimiento de ser un extraño, extraño a toda forma de pensamiento, de acción, de familia, de nación. Y únicamente aquel que está absolutamente solo de este modo, es inocente. Esta inocencia es lo que libera del dolor a la mente.