sábado, 28 de agosto de 2010

¿BUENA SUERTE?, ¿MALA SUERTE?, ¿QUIEN SABE?



Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo se escapa a las montañas. Cuando los vecinos del labrador le dijeron que mala suerte tenía por perder el caballo, él les replicó: ¿Buena suerte ?, ¿Mala Suerte? ¿Quién sabe?
Una semana después el caballo volvió trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte y éste les respondió: ¿Buena suerte ?, ¿Mala Suerte? ¿Quién sabe?.
Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de los caballos, se cayó y se rompió una pierna. Él consideró esto como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir: ¿Buena suerte ?, ¿Mala Suerte? ¿Quién sabe?
Unas semanas más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que s encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, lo dejaron tranquilo. ¿Había sido buena suerte? ¿Mala Suerte? ¿Quién sabe?
Todo lo que parece a primera vista contratiempo puede ser un disfraz del bien. Y lo que parece bueno a primera vista puede ser realmente dañino. Así pues, será postura sabia que demos a Dios decidir lo que es buena y mala suerte, y le agradezcamos que todas las cosas se conviertan en bien para los que le aman.

Setiembre 2201
Revista Arco Iris
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