domingo, 14 de diciembre de 2008

SALUDOS


Bueno!!!!, ya casi llega Navidad. Muchos estarán tristes y desearán que los días pasen volando, otros más o menos, y la gran mayoría de fiesta o a punto de hacerlo....¡Dichosos!.

Nos espera tiempos especiales de mucha alegría, muchos regalos, mucha comida.... y que pasará en los próximos días, las próximas semanas, los próximos meses. Lo que se dice son pensamientos muy negativos. Y debemos ser cautos y posponerlos para que estos se transmuten en momentos de paz, alegría y sobre todo prosperidad. En tiempo de navidad, sentemonos con nuestras familias, expongamosles la situación que nos espera, y no pospongamos nada en cuanto a nuestros gastos normales. Aprendamos a no gastar más de la cuenta, aprendamos a comprar oportunidades, existen las ofertas de pague dos y reciba tres, etc. etc.

De mi parte les deseo mucha paz, mucha prosperidad para todos ustedes....

Con relación a mi otro blog, este seguirá siempre en la web, sin embargo todo nuevo artículo también saldrá en este blog, junto con los chistes y los videos..... y les recuerdo visitar www.sitiosdecostarica.com, el portal de la historia de Costa Rica y sus provincias además cantones y parques nacionales, etc.

FELIZ NAVIDAD
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La crisis, según Einstein

Einstein dijo: "No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederles a personas y países, porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura.

Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.

El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.

Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.
En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."

(Esta cita del gran Albert Einstein cae de perlas en este momento en que tanta gente en el mundo –y por ende en nuestro país- se lleva con pánico las manos a la cabeza porque la crisis “acabará con todo”).

Y por ultimo, un dato interesante: en la escritura china el concepto "crisis" se escribe combinando el ideograma de "peligro" y el de "oportunidad".
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Las Albóndigas:

Había una vez una persona que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas albóndigas con pan. Estaba muy ocupado y por lo tanto no oía radio, no leía los periódicos ni veía la televisión. Alquiló un trozo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón:
¡Compren deliciosas albóndigas calientes!
Y la gente se las compraba. Aumentó la adquisición de pan y carne. Compró un terreno más grande para poder ocuparse de su negocio, y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara.
Sin embargo, ocurrió algo muy importante; su hijo le dijo: "Viejo, ¿tú no escuchas la radio, ni lees los periódicos...?. Estamos sufriendo una grave crisis!. La situación es realmente mala; ¡peor no podría estar!.
El padre pensó: "Mi hijo estudia en la Universidad, lee los diarios, ve televisión y escucha la radio. Debe saber mejor que yo lo que está pasando..."
Compró entonces menos pan y menos carne. Quitó la valla anunciadora, dejó el alquiler del terreno con el fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. Y las ventas fueron disminuyendo cada día más.
¡Tenías razón hijo mío!, le dijo al muchacho. ¡Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis!

MORALEJA
No sigamos hablando de crisis.
Hablemos sólo de hacer buenos negocios, buenos trabajos y buenas tareas.
Si nos programamos para fracasar, fracasaremos.
Si nos mentalizamos para ganar, ganaremos.
Es una simple elección personal.
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¡MI FAMILIA, HA LLEGADO!

Me vi de pronto acompañado únicamente de mi esposa, sentados a la mesa, los dos solos. En ese instante, no sé de qué forma vinieron a mi mente mis padres.

Cuando joven, al llegar las fiestas navideñas, las posadas, las reuniones con los amigos y demás, optaba siempre por asistir a estas reuniones en vez de pasar con mis padres.

Mi padre, siempre quiso que toda la familia, al menos el día último del año, la pasáramos juntos. Siempre nos decía, recuerdo ahora, que dividiéramos las dos fechas.

Los que ya estaban casados, pasaran la nochebuena en casa de sus suegros y, los aún solteros, con los amigos. Lo único que nos pedía era que el día último del año lo esperáramos con él y con mi madre. ¡Nunca se lo pudimos cumplir!

Mis hermanos ya casados, nunca pudieron. Siempre alegaron que estaba muy retirada la casa de sus respectivos domicilios, que era muy fría la noche, en fin, siempre excusas. Los solteros, preferimos siempre salir con los amigos para platicar, bailar, divertirnos y beber.
¡Siempre preferimos estar con otras personas pero no con nuestros padres!
Nuestras atenciones y afecto eran para otras personas.

Una noche de diciembre, mi hermano mayor nos convoco a todos los demás, para hacernos saber, que deberíamos pasar más tiempo con nuestros padres, ya que nunca después de haberse casado los mayores, habían pasado un fin de año con ellos.

Yo creo ahora, que mi hermano, estaba pasando por lo mismo que mis padres, ya que sus hijos mayores, empezaban a pasar estas fechas con sus amigos y él y su esposa, pasaban ya sus dos primeras noches de fin de año solos.
Todos estuvimos de acuerdo en que pasaríamos el 31 de diciembre de ese año,
en casa de mis padres.

¡Mis padres se pusieron muy felices!
¡Mi padre le dijo a mi madre, que sacara las ollas grandes para preparar una gran cena!
En la casa todo era felicidad.

Mi padre se acercó a mí y dijo:
Estoy muy feliz hijo, porque por fin voy a tener a todos como cuando eran pequeños, sentados en la mesa de la casa. Quiero ver a mi hijo el mayor a mi derecha y a ti a mi izquierda por ser el mas pequeño. Tu madre estará en el extremo opuesto y tus hermanas a su derecha excepto tu, que estarás junto a mi. Se le veía tan feliz, que me dio un abrazo el cual sentí tan lleno de amor que quise llorar.

¡Todo estaba listo!
Eran las 7:00 de la noche y les dije a mis padres que iría a comunicarles a mis amigos que no pasaría el fin de año con ellos sino con mi familia. Mi padre dijo: ¡Haces bien hijo, para que no te vayan a esperar! y me dió una palmada en el hombro y me brindó una bella sonrisa.
Cuando salí me esperaban dos de mis amigos a los que les comente lo que habría de hacer esa noche. Mis amigos me dijeron, que por lo menos brindara con ellos antes para que así ellos sintieran que estaba ahí en el grupo.
Ese brindis se alargo hasta casi antes de la media noche, tiempo en el cual, pensé muchas veces que en mi casa habrían de estar mis hermanos y hermanas con mis padres, y yo?, acá sin cumplir lo que había prometido a mis hermanos sobre esa noche.
Ya un tanto arrepentido por no haberme ido de inmediato, me retiré de mis amigos sin siquiera avisarles, presentía que me habría de recibir un buen regaño por parte de mis hermanos y ver el rostro de mis padres, enojados conmigo.

Cuando iba llegando a casa, no percibí alboroto alguno de parte de mi familia, pensé que por estar fría la noche se encontrarían al interior de la casa con mis padres. Entré por la puerta de atrás para no ser tan obvio, al menos si me preguntaran diría que estaba dormido así que no habría ningún problema.

En verdad, ahora que lo recuerdo, una lágrima se desborda de mis pupilas. Cuando abrí la puerta no oí ningún ruido solo escuché la conversación de mi padre con una voz quebrada por el llanto diciéndole a mi madre.

¡Vieja, no vino nadie, ni siquiera el menor de mi hijos esta con nosotros!

Que hemos hecho con nuestros hijos, que ahora no quieren estar aquí, con nosotros, con sus propios padres, en esta casa que construimos para ellos con todo nuestro amor, esfuerzo y trabajo?.

¿Porqué no nos pueden dedicar un día?.... ¿si nosotros les dedicamos una vida?

Se oía una onda tristeza en sus palabras, que no tuve valor ni siquiera para acercarme. Seguí oyendo a mi madre que le contestó con unas palabras que aún retumban en mis oídos.

¡Viejo, no te preocupes! ¡Mira los padres tenemos que entender que solo estaremos en el pensamiento de los hijos cuando están pequeños!

Pero cuando crecen, ese pensamiento lo ocupan en otras cosas y personas como la escuela, sus tareas, la diversión, sus amigos, las fiestas y después en el noviazgo, el trabajo, la esposa, sus propios hijos.

Sus ocupaciones y preocupaciones son otras... y nosotros no somos parte de ellas.

Quédate tranquilo 'Viejo'... Lo que les dimos e hicimos fue por amor.
¿Tú crees que preferirían pasar la noche de fin de año con un par de viejos que ya no pueden bailar, que ya no tienen gracia para nada? ¿Que se cansan de todo?...
¡Anda, anímate...!
¡Mira, voy a poner los 10 platos sobre la mesa, y al que vaya llegando le iremos sirviendo!

Sentí un nudo en la garganta enorme que no me dejaba respirar, me sentí tan desagradecido, tan mal hijo, tan avergonzado conmigo mismo, ¿Cuánto tiempo le he dedicado a otras personas y actividades nada importantes comparadas con mis padres?
¿Cuántas veces he dejado de abrazarlos, besarlos y decirles cuanto los amo porque estoy tan ocupado?

Salí de donde estaba y abracé a mi padre y le pedí perdón, luego fui con mi madre, y le besé sus manos y me arrodillé, ella me acariciaba los cabellos mientras mi padre se secaba las lágrimas y dándome la mano me sentó a su derecha y dijo: ¡No es necesario que estén todos, uno solo representa a los demás. 'Vieja', sirve la cena!

¡QUE MI FAMILIA HA LLEGADO!


Hoy mis hijos no están conmigo y en mi mesa están los 2 platos servidos, en cuanto llegue uno, mi familia habrá llegado.

¡Aprovechen a sus padres en vida!... ¡No los descuiden, que cuando no los tienes quisieras un solo minuto para poder abrazarlos y decirles cuanto los amas!
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Navidad es Nacimiento Permanente
El Camino de Iluminar las Emociones
Por Isabella Di Carlo *

La Navidad no es sólo la celebración del 25 de Diciembre, ni siquiera es en realidad la fiesta sagrada de una religión particular, es mucho más que eso. La Navidad es nacimiento, en el sentido más amplio y profundo del término. Veámoslo.
“Quien no nace por segunda vez - nos dice Jesús - no conoce el Reino de los Cielos”, ese segundo nacimiento se refiere no a un tiempo horizontal, estandarizado, sino a un tiempo absolutamente personal, individual; un tiempo vertical, profundo, único para cada quien; un tiempo de despertar, de nacer a la conciencia de sí. El despertar puede ocurrir a los 20, a los 40 años, puede ocurrir en los últimos meses de la vida, catalizado por una enfermedad que logra lo que un divorcio, un accidente y diversos conflictos graves de relación no habían logrado, o puede no darse nunca.
Nacer por segunda vez es nacer emocionalmente, es ser ya no sólo hijos de la tierra (el cuerpo físico), sino hijos del agua y el fuego, (nuestras emociones y nuestra ardiente aspiración) a eso se refieren las palabras de Jesús y a eso se refiere la Navidad. Nacer a nuestro mundo emocional es comprender cual es la entrada al Reino de Dios, es comprender que el Reino está en nosotros y no en el más allá. Nacer a nuestro mundo emocional, iluminarlo, es dar los pasos hacia la paz interior como condición previa, indispensable, de toda otra verdadera realización.
Sin paz interior no se puede llegar a la felicidad, sin paz interior no se puede llegar a la paz del mundo. Sin paz interior los festejos, la “felicidad” no pasa de ser una simple caricatura, un fugaz intento que acaba por devolvernos al vacío, al desaliento, al sinsentido en una montaña rusa emocional sin salida. La salida es interior. Estas fechas sagradas son sí un momento de celebración, pero no son tanto un momento de exteriorización, como una maravillosa oportunidad de conexión interior.
Podríamos decir que iluminar nuestro mundo emocional es la tarea más importante de nuestro tiempo, hemos desarrollado el intelecto, tenemos una tecnología de vanguardia, sin embargo estamos muy lejos de la paz; las cifras de ansiolíticos, antidepresivos recetadas a miles de millones de pacientes en todo el mundo, la amplia necesidad de medicamentos contra el insomnio, las elevadísimas cifras de enfermedades vinculadas a la tensión en el plano físico como las coronarias, la proporción epidémica de contracturas musculares, los síndromes del sistema neurovegetativo que cursan con mareos y taquicardias que invaden los centros de asistencia primaria, son algunos ejemplos claros de esa falta de paz.
Sin embargo la paz es nuestra misma esencia, es la esencia interior. La paz es la esencia del Espíritu Santo, del ordenamiento interior, del vacío que permite que la plenitud se revele en nosotros, en nuestras acciones, en nuestras palabras, en nuestros sentimientos, cuando despertamos a la realidad de nuestra humanidad. Espiritualizarnos es humanizarnos. Ese es el sentido de la Navidad.
Veamos el simbolismo de la Navidad y en el silencio de la noche estrellada, quizás más allá de oir podamos escuchar. Detengámonos aunque creamos no tener tiempo, si nos lo concedemos quizás podamos ver más allá de mirar. Si escuchamos y vemos, comprenderemos, si comprendemos no podremos no aceptar la invitación que la Navidad representa y elegiremos el camino de volver a nacer. Si volvemos a nacer, no necesitaremos ningún tesoro afuera, nuestra propia vida será el más sagrado tesoro.
El pesebre - recibiendo al Hijo de Dios representa la total sencillez, la completa humildad y nos habla de que la grandeza no necesita palacios, ni lujos, ni joyas, para ser grande. Contiene los 4 Reinos de la Naturaleza:
La tierra – representando el Reino Mineral
El forraje y el heno – representando al Reino Vegetal
El buey y el asno - la Naturaleza Animal, en el caso del asno (en hebreo hamor, término que significa elevarse a través de la humildad, el sacrificio y perseverancia) él representa la tarea que tenemos por delante de trascender la obstinación de la mente. El el buey representa el ascenso del deseo a la ardiente aspiración. La ardiente aspiración alude a un fuego transmutador que permite eliminar del ámbito de las emociones todo apego y todo egoísmo, permitiendo acceder a las emociones sublimes, las superiores, entre ellas el verdadero Amor.
José, María y Jesús son el Cuarto Reino, representan a la humanidad que puede hoy fusionar lo femenino y lo masculino, y dar a luz al Cristo interno: la consciencia.
La Estrella de Belén - representa al alma misma, la guía segura que marca el camino, pero no todos ven la estrella, pues brilla en un cielo interior, brilla cuando en la noche oscura del alma nos hemos vuelto sensibles, nos volvemos sensibles cuando aceptamos el dolor. Iluminar las emociones es precisamente salir del egoísmo, la sensiblería, la indiferencia, la evasión, la rigidez y nacer a la sensibilidad. Ser hijos del agua y el fuego es nacer a nuestras lágrimas y al fuego del Amor en nuestro corazón; es así como damos testimonio de nuestra sensibilidad. Al nacer a nuestra sensibilidad nos humanizamos, accedemos a nuestra verdadera identidad, el egoísmo de un corazón cerrado habla de deshumanización; espiritualizarse es humanizarse. Nacer a nuestra sensibilidad nos permite comenzar a encarnar paso a paso el Amor, ya no como un discurso intelectual que de nada sirve, sino como solidaridad en acción, cordialidad en las relaciones, honestidad en el carácter, compromiso responsable con el futuro.
La Virgen – representa la completa pureza de quien ha visto la estrella y ha andado el camino a Belén, de quien sabe que la felicidad no es ausencia de dolor, incluye y acepta el dolor, el suyo y el de otros, porque tiene el corazón abierto. Como tiene el corazón abierto es fértil y como es fértil tiene paz. Es la paz de la auténtica apertura lo que nutre con lágrimas de vida y con calor del corazón la semilla, esa semilla es el Cristo interior, la semilla del Amor. Ese Amor sólo puede nacer de la Virgen, la virgen es la personalidad pura; la personalidad pura es un carácter que ha conquistado los valores, las virtudes, la identidad basada en ser, no en tener, no en aparentar. La identidad madura que tiene que ver con la integridad, la transparencia.
José – su nombre significa «el que agrega», él era un constructor, un carpintero, el que asienta una viga sobre otra. Es el símbolo del aspecto constructivo ‑creador de Dios- Padre, representa la laboriosidad constante y humilde, necesaria para el logro de todo aquello que tiene valor.
Jesús – Su vida es simbólica en todo, muestra la senda a la Iluminación, al Amor con mayúscula. En la escena del nacimiento en Belén, Él representa la ternura, la vulnerabilidad, la divinidad encarnada. Es lo divino en cada uno de nosotros, el maestro en el interior del corazón, audible cuando luego de un largo camino nacemos a la paz. La paz no está hecha de la ausencia de dolor, no se consigue heredando una fortuna, ni con un puesto de prestigio, ningún logro externo da la paz. Ella es fruto de un proceso interior, es la plena aceptación de nuestra inocencia, de nuestra vulnerabilidad, de nuestra imperfección, de nuestra sombra. Esa aceptación conduce a la verdadera identidad, a la del que se acepta tal como es: único, original y a partir de sus defectos labora y se construye, y vive naciendo y muriendo para volver a nacer. El es el nacimiento permanente, el aprendizaje permanente, la fluidez total de la absoluta confianza en el potencial interior, Él es el siguiente paso y la meta.
Los tres Reyes de Oriente representan la Voluntad, el Amor y la Sabiduría, las tres potestades del alma humana.
Jesús revela lo divino en lo humano, porque lo humano es potencialmente divino. Lo divino se elige, por lo divino se trabaja. Si uno consagra su vida a una causa bella uno termina por convertirse en la belleza misma. Reservemos parte de nuestro tiempo para algo que consideremos sagrado, santifiquemos algunas horas cada semana, algunas horas o minutos cada día, el tiempo es vida.
Cuando nacemos a un nuevo grado de apertura, de sencillez, cuando aprendemos, es Navidad. Cuando nos volvemos más auténticos, más tiernos, cuando dejamos atrás rencores, prohibiciones, prejuicios y temores, es Navidad. Cuando amamos, cuando nos amamos, cuando servimos, es Navidad.
Podemos oficiar la Navidad cada día, primavera, invierno y verano, o no oficiarla ni en Noche Buena, ni el 25 de Diciembre, ni nunca. De nuestra actitud y nuestra visión depende.
Si elegimos la inocencia y aunque tropecemos, la volvemos a elegir, el balcón de nuestra vida recibirá cada amanecer el beso de la Navidad ganando terreno a las sombras. Inocencia no es autojustificación, ni autoengaño, no es autocomplacencia; inocencia es confianza en nuestro potencial humano, es confianza en la vida, es saber que tenemos un Dios interior que nos bendice, nos protege y si escuchamos, nos guía.
La confianza no es la ingenuidad de pedir o pretender una vida sin dolor, es la actitud madura de saber que el dolor nos enseña a valorar lo esencial, nos profundiza, pule nuestras aristas y nos acerca al ser. El viaje es largo pero la alternativa, caminar en círculos, no tiene ningún sentido. Viajemos, viajemos, ya que al llegar al lugar donde la estrella de Belén alumbra, tendremos la llave del Reino de los Cielos.

¡FELIZ NAVIDAD!

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CHISTE......


Después de estar casados durante 25 años, un día miré a mi esposa y le dije:

Querida...
¿Te das cuenta de que hace 25 años yo tenía un apartamento barato, un coche barato, dormía en un sofá cama barato, tenía una televisión de 10 pulgadas en blanco y negro...

...pero...dormía todas las noches con una despampanante rubia de 25 años?

¿Y te das cuenta de ahora tengo una hermosa casa, un coche último modelo, una cama grande, un televisor enorme de plasma...

...pero duermo todas las noches con una mujer de 50 años, con un poco de sobrepeso?

Mi esposa, una persona muy razonable, me dijo:

“Mi amor, sal y busca una despampanante rubia de 25 años, super-delgada, acuéstate con ella y...

... yo me aseguraré de que vuelvas a vivir en un apartamento barato, tengas un coche barato y duermas en un sofá cama barato, para que no extrañes esos "buenos y viejos tiempos"

Me callé y saqué la basura....
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